La
respiración es considerada uno de los signos vitales usados para poder
describir dos fases distintas pero intercaladas entre sí: la respiración
externa y respiración interna. La
respiración externa se basa en recoger el oxígeno y excluir el dióxido de carbono
de nuestro organismo. Por otro lado, la respiración interna es considerado a la
utilización del oxígeno, el desarrollo del dióxido de carbono y el intercambio
de estos gases mencionados que van entre las células y la sangre.
La
fase de inspiración es dinámica. Generalmente ocurre la contracción de
músculos inspiratorios. Por tal razón, ocurre un incremento del volumen
intratorácico entre tanto los pulmones se expanden. La presencia de la presión
en la vía aérea se torna negativa y el aire corre hacia adentro. Durante los
últimos términos de la inspiración, se desarrolla un regreso natural del
pulmón, la presión de las vías respiratorias se tornan positivas y existe la presencia
de aire respecto
a la relajación de los músculos. La fase de expiración usualmente es un
proceso pasivo.
La
respiración normal es sin duda espontánea e involuntaria. En estado de calma la
frecuencia respiratoria normalmente va dirigida entre 12 a 20 respiraciones
por minuto. El volumen corriente normal, es decir la cantidad de
aire moviéndose dentro y fuera de cada respiro es de 500ml o entre 6-8 L. Usualmente
las personas tienen sus sistemas respiratorios saludables y los estímulos
normales para la respiración, aunque pueden padecer de hipercapnia que se
considera un aumento en el nivel de dióxido de carbono.
Son
los quimiorreceptores que se encuentran en el cuerpo los que se percatan de los
cambios en los niveles de dióxido de carbono y activan el centro respiratorio,
por tal razón podría aumentar o disminuir la frecuencias y profundidades
respiratorias en sí.
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